Las anomalías funcionales dentofaciales están asociadas con hábitos inadecuados como son la respiración bucal y la succión digital, que es una de las posibles causas de la maloclusión de la dentadura. Con la rehabilitación logopédica se realizan ejercicios para reducir la hipotonía lingual, además de modificarse los hábitos inadecuados e integrar los correctos: aprender a usar la nariz para respirar y no la boca, descubrir el punto donde debe ponerse la lengua en reposo, fortalecer la musculatura y aprender a tragar correctamente y pronunciar los sonidos que no saben.
En el proceso de deglución la boca, en reposo, ha de permanecer cerrada y se ha de respirar sin problemas por la nariz. Durante la deglución, la lengua ha de estar dentro de la boca, arriba, detrás de los dientes (la punta apoyada detrás de los incisivos superiores, en los alveolos), de esta manera la lengua se mantiene fuerte pudiendo tragar sola y sin problemas, empujando contra el paladar y contrayéndose. Esta deglución madura se alcanza entre los 4 y 5 años.
En la deglución atípica podemos observar que la boca permanece abierta e inmediatamente la lengua quedará en el suelo de la boca e irá avanzando y saliendo hacia fuera. De esta manera la lengua no ha de hacer ningún esfuerzo para mantenerse arriba y por tanto se va volviendo perezosa, sin fuerza, blanda (hipotónica) y ancha. Cuando deba tragar no hará el esfuerzo de subir e irá empujando contra los dientes; si aún así no puede tragar se ayudará de los labios, barbilla, mejillas, cabeza, etc, cualquier parte de la cara que haga fuerza para acompañar a esta lengua débil que por sí sola no puede tragar (por eso vemos que hacen muecas). Esta forma de tragar inmadura se denomina deglución atípica.
Las consecuencias de la deglución atípica son:
Tardan mucho en comer, les quedan restos de comida entre los dientes o labios.
Acostumbran a tener mucha saliva en la boca, incluso babea.
Se les puede hacer una bola de comida en la boca que se va paseando de un lado a otro porque no pueden tragarla.
Escupen al hablar.
A largo plazo los dientes se van deformando por la acción de la lengua, que va empujando al tragar. La mandíbula por la misma razón tiende a crecer más.
Puede ocurrir que no sepan pronunciar sonidos que se articulan subiendo la lengua y requieren fuerza y agilidad.
Las características principales de los niños con respiración bucal son:
Labios separados y relajados.
Hábito de chupar objetos o de masticar chicles.
Durante la comida bebe mucho líquido y en ocasiones se atora.
Ronca al dormir.
Moja la almohada.
Tiene la piel de las comisuras irritada, seca y levantada, o los labios agrietados.
Se levanta con mucha sed o manifiesta al despertarse molestias en la garganta.
Se queda ronco con frecuencia.