Los niños con discapacidad neuromotriz severa tienen el riesgo de desarrollar deformidades músculo-esqueléticas, así como contracturas y escoliosis. La insuficiencia postural, la asimetría en el tono muscular y la carencia de equilibrio y reacciones de enderezamiento en sedestación, pueden contribuir al desarrollo de posturas compensatorias anormales. Estas posturas pueden evolucionar a curvas cifóticas, escolióticas o lordóticas de columna que pueden evolucionar a deformidades estructurales fijas.

Es crucial prevenir las alteraciones posturales en sedestación y proporcionar un correcto alineamiento para una adecuada calidad de ajustes posturales y movilidad de extremidades. El tratamiento fisioterápico a menudo consiste en actividades para mejorar respuestas posturales, asistir al niño en el desarrollo de una postura funcional en sedestación y programas de posicionamiento para evitar los efectos nocivos de la  inmovilización. Adicionalmente, un sistema adecuado para la sedestación (asiento pélvico), ayudará a mantener la mejor alineación postural posible.

El uso precoz del asiento pélvico que complementa el tratamiento fisioterápico específico, proporciona un control postural en la sedestación del niño y disminuye el potencial para la deformidad. El asiento pélvico puede prevenir alteraciones biomecánicas en los tres planos para una sedestación funcional. Se confecciona a bajo precio y puede ser cambiado a medida que el niño progresa o crece. El asiento pélvico constituye un sistema de sedestación práctico para padres y educadores de escuela infantil.

Todos estos factores conducirán a una mejora en el desarrollo psicomotor del niño, que influirán en su interacción funcional con el entorno.

En el Centro Ficen orientamos sobre el uso del asiento pélvico y su manejo. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.