La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del sistema nervioso central y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.

El sentido de la propiocepción se compone de neuronas sensoriales que están en el sistema visual, auditivo, vestibular. Existen receptores específicos para la presión, luz, temperatura, sonido y otras experiencias sensoriales. Los cuales reciben el nombre genérico de receptores de estímulo adecuado.

Por otro lado está los receptores articulares que según Paris son los tipo I o de ruffini, los tipo II o paciforme, vater o golgi y mazzoni, los tipo III o los de golgi y los tipo IV o terminaciones nerviosas libres, los cuales se encuentras en las articulaciones, tendones o ligamentos y sirven para la regulación de la postura sin contar las terminaciones nerviosas libres, las cuales se estimulan al momento de una lesión o inflamación.

Se denomina sistema propioceptivo al conjunto de receptores y nervios que componen la propiocepción.

El término correcto sería proprioceptivo pues deriva del latín proprius, que significa propio. Pero en la actualidad se ha impuesto el uso en la comunidad médica del término propioceptivo y éste se considera válido.

A diferencia de los seis sentidos de exterocepción (visión, gusto, olfato, tacto, audición y sistema vestibular) por los que percibimos el mundo exterior, la propiocepción es un sentido de interocepción por el que se tiene conciencia del estado interno del cuerpo.

La disfunción de la propiocepción se expresa en torpeza motriz: dificultad para mantener cabeza y cuerpo erguidos, realizar actividades coordinadas con las dos manos y manejar herramientas. También se observa falta de concentración, por inquietud postural, rigidez de tronco y ausencia de noción de peligro.

En el Centro Ficen damos respuesta profesional a todo problema como puede ser la alteración en la propiocepción. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.