La Toxina Botulínica Tipo A es un tipo de tratamiento que se ha desarrollado para tratar unos de los problemas más frecuentes de especialidad de los niños pequeños con parálisis cerebral: caminar sobre los dedos de los pies (marcha esquina) por espasticidad y acortamiento de los músculos de la pantorrilla.
La Toxina Botulínica Tipo A es una proteína purificada natural. El principio activo se extrae de bacterias, en condiciones controladas de laboratorio, de forma parecida a como se fabrica la penicilina.
La toxina botulínica actúa localmente impidiendo la transmisión de las señales entre el nervio y el músculo destinatario, reduciendo así la rigidez excesiva de los músculos espásticos. El músculo en fase de desarrollo puede crecer así de una forma más normal, se reduce el riesgo de contractura, disminuye la necesidad de cirugía y aumenta la probabilidad de un desarrollo motor normal.
¿Cómo se administra?
Antes de administrar Toxina Botulínica Tipo A a los niños con parálisis cerebral espástica, se realiza una exploración cuidadosa para que sólo reciban tratamiento los pacientes idóneos. Es importante que no existan contracturas fijas en los miembros seleccionados para el tratamiento, puesto que no es útil en las contracturas fijas.
La Toxina Botulínica Tipo A se inyecta directamente, en dosis pequeñísimas, en el músculo afectado (ej. Gemelos), después de palpar cuidadosamente su posición. Hay que inyectar en varios lugares de cada músculo. El resultado es una relajación del músculo inyectado. El dolor es el de cualquier inyección intramuscular o el de una vacuna. En ocasiones, se aplica previamente una crema o spray de un anestésico local. A veces, es recomendable administrar un sedante a los niños más pequeños, angustiados o poco colaboradores. No se precisa anestesia general. El riesgo de la anestesia, aunque es bajo, es mayor que el de la Toxina Botulínica Tipo A.
Expectativas del tratamiento.
La Toxina Botulínica Tipo A no obra milagros ni cura la parálisis cerebral. El grado de respuesta depende del grado de espasticidad, la edad del niño y el tipo y cantidad de fisioterapia que siga a la inyección. Sin embargo, los niños con una espasticidad de los miembros inferiores suelen mejorar su patrón de marcha con las puntas de los pies hacia una marcha del talón, en las primeras dos semanas. Con ello, mejora el equilibrio del pequeño y se facilita la marcha. La Toxina Botulínica Tipo A surte más efecto si se administra en las primeras etapas de la espasticidad. Es necesario entender que el beneficio, aunque relativamente duradero, es temporal, rara vez permanente, y por tanto, para evitar la reaparición de la espasticidad y el desarrollo de deformidades, será preciso reinyectar al cabo de unos meses, salvo que el crecimiento del niño ya sea escaso.
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