A continuación, expongo un problema que afecta tanto al sistema visual como al lenguaje y que necesita de intervención específica: la agnosia.

Agnosia visual: Incapacidad para reconocer imágenes visuales que se origina por lesiones en el cuerpo calloso o en las regiones cerebrales próximas a las principales zonas sensitivas. Existen dos tipos de agnosia visual: de percepción, referida a una anormalidad en el proceso de discriminación y de asociación, o incapacidad para relacionar los estímulos con la experiencia previa

Agnosia de objetos: Incapacidad para reconocer los objetos, a través de la visión, sin necesidad de presentar afasia o deterioro intelectual. Esto ocurre debido a una lesión occipital bilateral.

Prosopagnosia agnosia para el reconocimiento de caras: incapacidad para reconocer los rostros previamente conocidos, incluso su propio reflejo en el espejo. Con apoyo e información visual, las personas con este tipo de agnosia, pueden reconocer a las personas. Además son capaces de diferenciar el sexo por su rostro o la emoción que transmite, pero no reconocer a la persona de forma individual. Este tipo de agnosia se produce por una lesión en la región occipital-temporal.

Acromatopsia o agnosia para los colores: Incapacidad para denominar y designar los colores, aunque se mantiene la capacidad de aparear los colores y nombrar el color de los objetos cotidianos. Esta incapacidad surge en ausencia de afasia o discapacidad intelectual y aparece debido a una lesión occipital izquierda y afecta al splénium del cuerpo calloso.

Alexia o agnosia para el lenguaje leído: También llamada alexia agnósica, es la incapacidad de reconocer los símbolos del lenguaje escrito. Pertenece a las agnosias visuales. La persona que presenta alexia, tienen dificultad para discriminar dichos símbolos y asociarlos con su experiencia previa de lectura, debido a una lesión cerebral que dificultad asociar la representación sensorial de la con la semántica del significado.

En el Centro Ficen damos respuesta profesional a todo problema como la agnosia. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y sus familiares.

Referencias bibliográficas:

Condemarín Mabel y Blomquist Marlys, La dislexia. Manual de lectura correctiva, Ed. Universitaria SA, Chile, 1970, p. 32

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