El cólico del lactante es el episodio que puede aparecer desde las primeras semanas de vida, con una prevalencia de un 10 a un 40%, y se acompaña de llanto intenso durante un periodo de tiempo de al menos 3 horas al día, durante 3 días a la semana, y al menos durante 3 semanas. El 95% de los casos de cólico del lactante cursa sin lesión de ningún tipo.
El cólico del lactante es descrito por los papás como un llanto continuo acompañado de movimiento de extremidades, posición con la espalda arqueada, pataleo, ruidos a nivel del estómago fácilmente audibles, que se pueden desencadenar sin motivo aparente o tras el inicio de la toma del biberón, rechazándolo.
Entre los factores que pueden desencadenar el cólico del lactante encontramos:
- El reflujo gastroesofágico. Por un mal cierre de la válvula que separa esófago y estómago, lo que permite que el ácido del estómago pase al esófago, cuyas paredes no están preparadas para el contacto con este ácido, ocasionándole una inflamación que hace que el bebé sienta molestias y/o dolor. Estas molestias y/ o dolores le provocan el llanto y al llorar tragan aire, hinchando el estómago y aumentando la presión en él y haciendo que pase más ácido al esófago; esto puede provocarle más dolor, a su vez más llanto, y entra en un círculo vicioso.
- Una alergia y/o intolerancia a algún alimento. Ante la ingesta del alimento, se inducen eventuales espasmos o trastornos de la motilidad, causando llanto en el bebe.
- El estreñimiento.
- La aceleración excesiva de los movimientos intestinales, por una intolerancia a la lactosa, más una inmadurez de los nervios habitual en el bebé (según algunos autores).
- La excesiva intranquilidad y angustia por parte de los padres podría tender a maximizar el cuadro.
En el Centro Ficen damos respuesta profesional a la sintomatología consecuencia del cólico del lactante. Además, asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.