Llamamos desobstrucción rinofaríngea retrógrada a una maniobra inspiratoria forzada, destinada a la limpieza de las secreciones rinofaríngeas, acompañada o no de la instilación local de una sustancia terapéutica. Esta técnica se dirige al niño de menos de 24 meses. En el niño más mayor, se recurre a la nasoaspiración activa.

Pasiva o activa, la desobstrucción rinofaríngea retrógrada aprovecha el reflejo inspiratorio que sigue a la ELPr, a la TP o al llanto. Al final del tiempo espiratorio, la boca del niño se cierra con el dorso de la mano que acaba de terminar su apoyo torácico espiratorio y eleva la mandíbula inferior, obturando rápidamente el orificio bucal y forzando así al niño a una nasoabsorción. Proponemos completar la desobstrucción rinofaríngea retrógrada con una instilación local de una sustancia medicamentosa, cuya elección se realiza de acuerdo con el médico que trata al niño. La instilación de las vías respiratorias extratorácicas de suero fisiológico o de una sustancia medicamentosa de acuerdo con el médico, debería casi sistemáticamente completar la limpieza broncopulmonar del bebé, debido a la frecuente asociación de la acumulación de secreciones bronquiales con la de la nasofaringe. La desobstrucción rinofaríngea retrógrada realizada para instilar la nasofaringe, garantiza la penetración lo más profunda posible de la sustancia, es decir, hasta el cavum.

La desobstrucción rinofaríngea retrógrada constituye una verdadera limpieza del cavum, y a veces da lugar a la emisión de un volumen muy importante de secreciones purulentas que provienen de la nasofaringe. Conocemos el disconfort ventilatorio e, incluso, el malestar general que sufren los niños afectados por una cantidad tan importante de secreciones que se estancan y obstruyen las vías respiratorias extratorácicas.

La desobstrucción rinofaríngea retrógrada, asociada o no a la instilación local, suele ser eficaz en el bebé con obstrucción bronquial. Constituye un elemento importante en la evaluación específica del fisioterapeuta. La instilación en sí misma consiste sobre todo en poner la mucosa en contacto directo con los agentes medicamentosos, ya que su administración por vía general proporciona una concentración local insuficiente.

La técnica de desobstrucción rinofaríngea retrógrada debería emplearse en las infecciones de las vías respiratorias extratorácicas, rinitis, sinusitis, faringitis… cualquiera que sea su etiología.

En nuestra práctica profesional, hemos encontrado dos contraindicaciones formales de la desobstrucción rinofaríngea retrógrada: la ausencia de tos refleja o eficaz, tal y como la encontramos en pacientes afectados de enfermedades neuromusculares, y la presencia de un estridor laríngeo, que de todos modos constituye una contraindicación a la fisioterapia en general.

En el Centro Ficen utilizamos la técnica de desobstrucción rinofaríngea retrógrada para dar respuesta profesional a toda patología respiratoria que se pueda beneficiar de su aplicación. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.