Se entiende por discapacidad auditiva, toda pérdida de audición. La discapacidad auditiva puede nombrarse de diferentes formas, en función del nivel de pérdida de audición. Cuando el nivel de pérdida auditiva es parcial, la discapacidad auditiva se nombra hipoacusia y cuando es total, sordera.
La discapacidad auditiva parcial o hipoacusia es una pérdida auditiva, teniendo en cuenta que el resto auditivo del alumno es funcional en su vida diaria, aunque necesitan prótesis auditivas. En el caso de los alumnos con discapacidad auditiva parcial o hipoacusia, son capaces de adquirir el lenguaje oral a través de la vía auditiva. La discapacidad auditiva total o sordera ocurre cuando la audición del alumno no es funcional para su vida diaria y no son capaces de adquirir el lenguaje oral por la vía auditiva. En este caso, los alumnos conocerán el mundo y se comunicarán, en gran medida, a través de la visión.
La pérdida auditiva que se produce en la discapacidad auditiva, puede clasificarse en leve, media, severa y profunda:
- En la discapacidad auditiva leve, el umbral de audición se sitúa entre 20 y 40 decibelios. En estos casos, es complicado detectarla y en muchas ocasiones, los alumnos que la presentan no son diagnosticados a edad temprana. Para que esto no ocurra, la observación por parte del tutor en el aula, es muy importante.
- La discapacidad auditiva media tiene un umbral que se sitúa entre 40 y 80 decibelios. En estos casos los alumnos pueden adquirir la lengua oral por vía auditiva, si cuentan con una prótesis auditiva. El apoyo logopédico es importante en estos casos, sobre todo cuando el umbral se encuentra más cercano a los 80 decibelios y se hace más complicado la adquisición del lenguaje oral.
- La discapacidad auditiva severa-profunda ocurre cuando el umbral está entre 70 y 90 decibelios y los alumnos sólo pueden percibir algunas palabras amplificadas. En estos casos, los alumnos necesitarán apoyo logopédico para adquiririr el lenguaje oral, ya que no se producirá de forma espontánea y en los casos más severos, una forma de comunicación aumentativa o alternativa. Hay que tener en cuenta que cada caso es distinto e individual y puede variar la intervención, tanto logopédica como educativa.
En el Centro Ficen damos respuesta profesional a todo problema como la discapacidad auditiva. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y sus familiares.
Referencias bibliográficas:
ECHEÍTA, Gerardo, y Carmen G. MINGUILLÓN: «Las necesidades educativas especiales del niño con deficiencia auditiva»,
MARCHESI, Álvaro: «El desarrollo cognitivo y lingüístico de los niños sordos»,
TORRES MONREAL, Santiago y otros: «Deficiencia auditiva. Aspectos psicoevolutivos y educativos