La asfixia perinatal (APN) es una entidad grave, que pese a los avances de la Neonatología y la Perinatología, persiste como problema incluso en los países desarrollados. Afecta como media a 2-4/1000 recién nacidos y al 60% en el caso de los recién nacidos pre-término. En cifras mundiales, cerca de un 30% de los recién nacidos con APN desarrollan una encefalopatía hipóxico-isquémica moderada o grave, de modo que la encefalopatía hipóxico-isquémica es la causa conocida más frecuente de lesión cerebral en el recién nacido.
En contra de una opinión muy extendida, la mayoría de las situaciones que pueden conducir a una encefalopatía hipóxico-isquémica no tienen lugar durante el parto:
- Un 20% son anteparto, especialmente por shock materno.
- Un 35% son por “catástrofes obstétricas” intraparto: hipertonía uterina, rotura uterina, traumatismos graves, nudos verdaderos de cordón, etc.
- Un 35% son por combinación de ambos, es decir, por causas antenatales que reducen la “reserva fetal”.
- Un 10% son postparto: prematuridad extrema, infecciones, apneas recurrentes, etc.
Dada la resistencia del cerebro inmaduro a la hipoxia, para que llegue a producirse lesión neurológica es imprescindible la concurrencia de hipoxia e isquemia. Una hipoxia de suficiente gravedad y duración conduce a un shock cardiogénico con hipotensión, agravada en el ámbito cerebral por la pérdida de autorregulación secundaria a la hipoxia, lo que conduce a isquemia. Todo ello produce una depleción de sustratos energéticos que desencadenan unas consecuencias que conducen a la muerte neuronal.
En un intento de cuantificar el grado de afectación se han diseñado clasificaciones que dividen la encefalopatía hipóxico-isquémica en distintos estadios:
- Encefalopatía hipóxico-isquémica GRADO 1: La más frecuente y transitoria. No conlleva riesgo de minusvalía a largo plazo.
- Encefalopatía hipóxico-isquémica GRADO 2: Suelen mejorar a lo largo de la primera semana de vida, persistiendo cierta hipotonía durante varias semanas. La mayoría sobrevive y evoluciona favorablemente, pero casi un 20% presentan leves alteraciones en el tono muscular o cierto retraso en el DPM. Es raro que desarrollen PCI.
- Encefalopatía hipóxico-isquémica GRADO 3: Se asocia a elevada mortalidad (50-75%). Más del 50% de los supervivientes desarrollan secuelas neurológicas graves.
En el Centro Ficen damos respuesta profesional a toda patología como es la encefalopatía hipóxico-isquémica. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.