La enuresis puede definirse como una emisión de orina persistente e involuntaria durante el día o la noche, cuando el niño tiene ya la edad para controlarla (3-4 años).

Podemos distinguir entre enuresis primaria y la enuresis secundaria.

La enuresis primaria sucede en el periodo en el que el niño no controla del todo la emisión de orina. La enuresis secundaria se caracteriza por la existencia de un periodo anterior de control transitorio.

La situación en que ocurre la enuresis puede clasificarse según uno de los siguientes subtipos:

Enuresis sólo nocturna. Es éste el subtipo más frecuente y se define como la emisión de orina sólo durante el sueño nocturno. El episodio enurético ocurre típicamente durante el primer tercio de la noche. Ocasionalmente, la emisión tiene lugar durante el período de movimientos oculares rápidos (REM) del sueño y el niño puede recordar un sueño que implicaba el acto de orinar.

Enuresis sólo diurna. Este subtipo se define como la emisión de orina sólo durante las horas de vigilia.

La enuresis diurna es más frecuente en mujeres que en varones y es poco frecuente tras

los 9 años de edad. El episodio enurético suele sobrevenir en la mayor parte de los casos a primeras horas de la tarde en los días escolares. La enuresis diurna se debe a veces a una resistencia a utilizar el water por ansiedad social o por una preocupación relacionada con la actividad escolar o lúdica.

Enuresis nocturna y diurna. Este subtipo se define como una combinación de los dos tipos anteriores.

La enuresis nocturna es un trastorno más frecuente de lo percibido por los pediatras. Probablemente se infravaloran las repercusiones de la enuresis sobre el niño y su familia y en consecuencia se aborda el tratamiento de la enuresis con menor frecuencia de la que debiéramos hacerlo.

Aproximadamente el 16% de los niños de 5 años, padece enuresis nocturna (moja la cama por la noche). El 85% de la enuresis nocturna es primaria.

Aunque el problema tiende a resolverse espontáneamente y su prevalencia decrece con la edad, sin tratamiento la enuresis nocturna no cura en todos los casos, ni en el momento oportuno. Esto conlleva repercusiones negativas sobre el niño y su familia que no deben infravalorarse. En el niño, la enuresis puede causar ansiedad, interferencia con sus relaciones sociales y puede mermar su autoestima; también la familia de un niño con enuresis se resiente en su desempeño social y en su economía.

En el Centro FICEN damos respuesta profesional a niños que padecen síntomas característicos de este trastorno. Además asesoramos y orientamos a la persona  y a sus familiares.

 Referencias:

 – Principios de Educación especial. Esteban Sánchez Manzano. Editorial CCS.

– DSM-IV-TR : Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona ; España. Masson,. 2002.

– Revista Pediatría de Atención Primaria. Vol. VII, Suplemento 3, 2005.