La espina bífida es una lesión que se produce en los primeros meses de embarazo, dando lugar a una malformación congénita. La espina bífida consiste en la falta de cierre por la parte posterior del canal vertebral, lo que impide la formación correcta y el desarrollo de las vértebras, las meninges y la médula espinal.
Existen varios tipos de espina bífida, entre los que destacamos:
- Espina bífida oculta: Ausencia de cierre de los arcos vertebrales posteriores. No hay afectación de la médula espinal ni de sus estructuras adyacentes. Generalmente pasa inadvertida. Tienes una afectación muy leve.
- Meningocele: Error de fusión de los arcos vertebrales con distensión quística de las meninges; éstas están afectadas, pero la médula espinal se mantiene correcta. Las secuelas neurológicas existen, pero son poco importantes.
- Mielomeningocele: Error de fusión de los arcos vertebrales con distensión quística de las meninges y displasia de la médula. La médula espinal y las meninges están dañadas. Las secuelas neurológicas son importantes.
Según el nivel de la columna donde se produzca la espina bífida, el niño tendrá unas alteraciones u otras y más posibilidades de caminar, cuanto más baja se localice la espina bífida. En general, presentan parálisis de algunos grupos musculares, debilidad muscular, disminución de reflejos tendinosos y de la sensibilidad, incontinencia fecal y urinaria, deformidades articulares.
La fisioterapia tiene una importante indicación en la espina bífida más severa, el mielomeningocele. Los niños nacidos con esta espina bífida, se intervienen quirúrgicamente en las primeras semanas de vida, para corregir al máximo la deformidad. Después de la intervención, el tratamiento de fisioterapia empieza lo más rápido posible.
En el Centro Ficen damos respuesta profesional a la sintomatología consecuencia de la espina bífida. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.