La hidrocefalia es un síndrome debido al aumento anormal de la cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR) en la cavidad craneal. El aumento patológico del LCR en un continente “inextensible” (el cráneo) origina un incremento de la presión intra-craneal y el consiguiente sufrimiento neurológico. La hidrocefalia tiene una prevalencia de 1/1000 niños menores de 15 años.

Habitualmente, la hidrocefalia se debe a la obstrucción al flujo del LCR a lo largo de las estructuras anatómicas por las que circula. Si la obstrucción se produce en el interior del sistema ventricular origina una hidrocefalia de tipo obstructivo o no comunicante. Sin embargo, si la obstrucción se produce en la reabsorción a nivel de las vellosidades aracnoideas, tras una circulación normal por las cavidades ventriculares y espacio subaracnoideo, se denomina hidrocefalia comunicante o arreabsortiva. En ocasiones el mecanismo es mixto.

La etiología de la hidrocefalia, según fisiopatogenia:

La clínica de la hidrocefalia se debe al incremento de la presión intra-craneal. Las manifestaciones dependen de la edad, la presencia o no de suturas craneales permeables, la etiología y la velocidad de progresión. Pero lo más práctico es distinguir los síntomas según la edad.

En cuanto al tratamiento de la hidrocefalia, podemos clasificarlo en:

–         Tratamiento médico: Punciones lumbares evacuadoras, fármacos que reducen la producción del LCR (inhibidores de la anhidrasa carbónica), diuréticos osmóticos, fibrinolíticos.

–         Tratamiento quirúrgico.

La implantación de un sistema de derivación ventricular (“válvula”, “shunt” o derivación ventriculoperitoneal) es la cirugía más frecuente en un Servicio de Neurocirugía Pediátrica. Es, generalmente, el tratamiento definitivo tras el fracaso de las medidas médicas transitorias.

En el Centro Ficen damos respuesta profesional a la sintomatología consecuencia de la hidrocefalia. Además asesoramos y orientamos a la persona con discapacidad y a sus familiares.